A pesar de la multitud de modelos que hay en el mercado, todas las ollas a presión funcionan de una manera muy similar; una tapa que contiene una goma que permite cerrar la olla de forma hermética y en la tapa en función del tipo de olla podemos encontrar una o varias válvulas de seguridad.

¿Cómo Funciona?

Su funcionamiento es sencillo. Cuando cerramos la olla y la ponemos a calentar, se crea un sello hermético de aire y vapor que va acumulando presión, dicha presión se traduce en un aumento de la temperatura en el interior del recipiente.

La presión subirá progresivamente hasta llegar a un limite establecido, cuando esto ocurre la válvula levanta un tope permitiendo que el vapor escape; este proceso permite que durante el tiempo de cocción la presión se mantenga constante y por tanto la temperatura en el interior de la olla.

¿Cómo son de seguras?

La nueva generación de ollas rápidas son extremadamente seguras, así lo confirma un estudio de la (OCU), la Organización de Consumidores y Usuarios sobre la calidad y seguridad de las ollas a presión. Según el estudio soportan hasta cuatro veces más presión de la habitual. La olla se puede deformar y no funcionar correctamente pero no hay riesgo de explosión.

Esto se debe a que poseen tres sistemas de seguridad, que permiten regular la presión y  liberarla si fuese preciso:

  • Válvula de funcionamiento: Indica el nivel de presión en el interior de la olla y se encarga de regularla.
  • Válvula de seguridad: Se encarga de liberar la presión si hubiese algún problema con la válvula de funcionamiento.
  • Junta de cierre o goma: Se encarga de cerrar la olla herméticamente y de liberar la presión a través de un pequeño orificio en la tapa de la olla si los dos sistemas anteriores fallan. Es importante limpiarla a mano después de cada uso para mantener su elasticidad. Se recomienda  sustituirla cada 6 meses o 2 años, en función del modelo y su utilización.

Si la válvula de funcionamiento y la de seguridad se encuentran bloqueadas, se obliga a entrar en funcionamiento a la junta de cierre. Si esto ocurre, el vapor puede salir de la olla de forma violenta a través de la goma y la olla moverse agitadamente pero la olla nunca explotaría.